Preparación
En una cazuela pochamos la cebolla, el ajo y el puerro cortados en juliana fina hasta que todo este doradito.
Añadimos los tomates pelados y sin pepitas, cortados en daditos pequeños. Rehogamos, añadimos el perejil picado y un chorro de vino blanco; tapamos la cazuela y dejamos cocer a fuego lento hasta que esté hecho el sofrito.
Agregamos el resto de verduras cortadas en brunoise (daditos pequeños) y lo rehogamos todo junto. Añadimos después el pimentón dulce, la albahaca y lo cubrimos con agua. Cuando las verduras hayan absorbido el agua, incorporamos las aceitunas negras y sal al gusto. Apagamos el fuego y reservamos.
En una olla hervimos la pasta con abundante agua, dos hojas de laurel y un puñadito de sal. No es necesario añadir aceite al agua, pues si esperamos a que el agua esté hirviendo antes de meter la pasta y removemos, no se pegará.
Antes de servir, mezclamos la pasta con la napolitana todo muy caliente.